Considerado uno de los pioneros en el desarrollo del auténtico movimiento salsero a finales de los años 60 y principios de los 70, “El Malo de la salsa”, como es comúnmente llamado, creció en el barrio latino del distrito del Bronx en compañía de sus abuelos puertorriqueños. Su estilo se ha basado en la fusión de ritmos, a través de la adaptación de la música propia de cada época con la esencia de los compases latinos.
Nacido el 28 de abril de 1950, este cantante, compositor y músico, desde niño fue un pequeño enamorado de la trompeta, el que llegó a ser su primer instrumento musical. Sin embargo, su intensa admiración por los famosos músicos puertorriqueños Mon Rivera y el neoyorquino Barry Rogers lo condujo a cambiar al trombón. Y fue bajo la práctica de este instrumento de aire que empezó con su carrera musical, dando presentaciones en escuelas y centros comunitarios de su barrio.
A sus 15 años firmó contrato con el sello disquero Fania, y dos años más tarde grabó su primer disco al que título El Malo; el cual vendió más de 300 mil copias. Desde entonces su talento brilló, y fue gracias a sus arreglos y a la combinación de diversos ritmos y estilos, que ayudó en la creación de un nuevo género musical que el mundo estaría por conocer: la salsa.
William Anthony Colón Román se encargó de introducir elementos típicos del folclore musical puertorriqueño y mezclarlos con los imponentes ritmos propios del trombón. A partir de esta técnica se crearon famosos y recordados temas como Jazzy y I wish I had watermelon. Pasaba el tiempo y su talento continuaba rompiendo estándares. El artista tenia contacto con su público y visitaba cafés y galerías con el objetivo de descubrir nuevos talentos; y fue así como encontró a dos grandes: Héctor Lavoe y Rubén Blades.
Para 1971 Colón participó en la grabación del concierto de las Estrellas de la Fania, que para ese entonces fue el evento que impuso a la salsa como uno de los más importantes géneros musicales de la ciudad de Nueva York. Ese mismo año interpretó el tema Piraña, que lo lanzó a la fama convirtiéndolo en ídolo musical.
Bajo el sello de la Fania, y hasta 1975, Willie Colón grabó una docena de discos considerados muestras genuinas de la salsa urbana o de lo que pasó a conocerse como los “sonidos del barrio”. Entre las producciones musicales de esa época se destacan Guisando, El Juicio, Asaltos Navideños, y The Good, the bad, the ugly. Para el 75 y con una fama intensa entre la comunidad hispana que residía en los Estados Unidos, Colón tuvo el placer de tocar al lado de su ídolo Mon Rivera.
Este artista neoyorquino siempre se caracterizó por su espíritu rebelde, lo que a finales de los 70, y de la mano de su gran amigo Rubén Blades, lo llevó a crear la famosa “salsa conciencia”; compuesta por singles que denunciaban la situación tanto política como social que se vivía en Latinoamérica. De ese período, canciones como Metiendo mano y Canciones del solar de los aburridos, ganadora del premio Grammy, se quedaron en la memoria de los salseros.
El arquitecto de la salsa urbana ha compartido escenario con leyendas internacionales, entre las que se destacan la recordada Celia Cruz y el famoso Tito Puente. Él es, sin duda, el pintor de los rostros de la gente; un artista que siempre plasmó en sus canciones la conciencia de una generación que exigía respeto.
En medio de su labor social, Colón ha participado activamente en diversas entidades que trabajan en pro de la comunidad. Ha sido miembro de la Fundación de Inmigrantes de las Naciones Unidas, presidente de la Asociación de Artes Hispánicas, fundador del Consejo Hispano de New Rochelle, presidente de la Coalición Arthur Schomburg por un Mejor Nueva York, director nacional de la Sociedad Americana de Compositores, Autores y Editores, y funcionario en la Comisión Latina sobre el SIDA.
El talento de este salsero de alma, vida y corazón se ha visto reflejado en los diferentes premios que ha ganado a lo largo de su carrera: 11 nominaciones al premio Grammy, 15 Discos de Oro y cinco Discos de Platino. Además de ello, Colón ha creado alrededor de 40 producciones que, al día de hoy, han vendido más de 30 millones de discos en todo el mundo.
En los últimos años, la legendaria tradición musical de esta leyenda de la salsa ha influenciado poderosamente a la nueva era del jazz latino. Y ha sido esa misma tradición, la que lo ha convertido en uno de los 100 latinos más influyentes en el mundo según la revista People en Español.
Indudablemente su talento seguirá sonando y retumbando en todos los rincones del mundo, sus canciones serán coreadas por millones de seguidores, y su trabajo social continuará siendo pilar en su vida diaria.
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